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El Independiente

Innovación: observar y aprender

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Los cambios tecnológicos que se están produciendo en el sector financiero son de gran magnitud y de amplio espectro. Uno de los desarrollos tecnológicos con mayor potencial es la tecnología DTL (Distributed Ledger Technology) y su variante blockchain, en la que se basan las monedas virtuales como el bitcoin. La industria bancaria, al igual que otras, está explorando el potencial de la tecnología DLT, aunque, por el momento, bajo una perspectiva experimental y no de mercado.

Aunque la tecnología blockchain aún presenta importantes desafíos operativos y conceptuales, los bancos están contribuyendo de forma decisiva a su utilización futura, tanto de forma directa como en colaboración con otros socios tecnológicos y empresas de otros sectores. Sus potenciales beneficios son innegables, especialmente para el cliente, que es el centro de la estrategia de los bancos. En el caso de las transacciones financieras donde los clientes demandan mayor valor añadido, esta tecnología permitirá mayor rapidez y reforzará la seguridad, con un menor coste.

Por otro lado, los bancos observan con atención la evolución de las monedas virtuales como el bitcoin. Y aprenden sobre sus debilidades, así como de su potencial. En este momento hay numerosas cuestiones sin responder sobre este tipo de activos que deben ser tenidas en cuenta, como la protección del usuario, su gobernanza, su usabilidad la transparencia, las limitaciones operativas y el riesgo de su utilización para transacciones ilícitas. La actividad de los bancos se basa en el concepto de red autorizada que impide el anonimato de los participantes, mientras que la regulación y supervisión busca un doble objetivo, la protección del cliente y la estabilidad financiera. El desarrollo actual de las monedas virtuales dista mucho de asegurar ambos objetivos.

En definitiva, para la industria bancaria, lo relevante en este momento es la tecnología que soporta el entorno de blockchain y explorar las opciones tecnológicas de cara al futuro. Y es que la innovación financiera es imparable.

José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la AEB

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