Certeza sobre el futuro

Observar el futuro con optimismo, estar preparado para obtener lo mejor de él y que nuestras autoridades lo hagan posible o, al menos, lo hagan viable, son las claves para mejorar la certidumbre a medio y largo plazo

“Los datos actuales no nos dan indicaciones de necesidad de movernos en ninguna de las dos direcciones”. Así defendía la Fed esta misma semana su decisión de ser paciente en vuelta a la normalidad de la política monetaria iniciada dos años atrás. Su gobernador, Jerome Powell, aludió a la existencia de claroscuros que recomiendan cautela, especialmente a la incertidumbre sobre la economía global derivada del riesgo proteccionista y por el Brexit.

Pero Powell también reiteró los sólidos argumentos de la economía norteamericana. De hecho, los principales organismos internacionales se postulan a favor de que la pérdida de dinamismo económico mundial será de corto plazo. De nuevo, sale a la luz como argumento para el optimismo la fortaleza de las principales economías tras los ajustes llevados a cabo durante la crisis, así como las favorables condiciones de financiación.

La incertidumbre es mala compañera en proyectos de inversión y puede afectar a las perspectivas de consumo de las familias. Para mantener el dinamismo de la economía la condición necesaria es que prevalezcan condiciones favorables de financiación. Pero la certeza económica es condición suficiente. Observar el futuro con optimismo, estar preparado para obtener lo mejor de él y que nuestras autoridades lo hagan posible o, al menos, lo hagan viable, son las claves para mejorar la certidumbre a medio y largo plazo.

Los bancos garantizan unas condiciones financieras favorables. Su trabajo es financiar el futuro que todos anhelamos.  Las vulnerabilidades del sector tienen mucho que ver con las propias vulnerabilidades de la economía: la incertidumbre política, la inestabilidad de los mercados financieros y los riesgos para la estabilidad financiera a medio y largo plazo derivados del mantenimiento de medidas monetarias con un potencial distorsionador como los tipos de interés negativos.

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