Transitar con éxito hacia la digitalización

La digitalización en la banca abarca toda la actividad, toda la organización y hasta la propia naturaleza del negocio.

Un desafío de dimensiones colosales. Esto representa la adaptación al rápido proceso de digitalización de la economía mundial. En el sector bancario, el fenómeno resulta aún más desafiante pues abarca toda la actividad, toda la organización y hasta la propia naturaleza del negocio, de modo que lo que la digitalización pone en juego es la propia supervivencia de las entidades y, aún, del conjunto de la industria.

La digitalización obliga, pues, a las entidades bancarias a atender simultáneamente varios frentes de actuación: deben entender la reconfiguración del entorno, los cambios en el comportamiento de los clientes, quiénes son y cómo actúan los nuevos competidores en el mercado de los servicios financieros y cómo usar la tecnología de forma que resulte un facilitador de todo ese proceso. Factores todos suficientes para que los bancos estén en la actualidad revisando sus estrategias y redefiniendo la forma en que han venido haciendo las cosas hasta ahora. Además tienen que hacer todo esto con el coche en marcha. Esto es, al tiempo que llevan a cabo su adaptación digital, los bancos deben asegurar la creación de valor, gestionar la eficiencia, transformar la cultura empresarial, cambiar los métodos de trabajo e incorporar talento y nuevas capacidades a la empresa.

Transformación permanente

Nada de esto es fácil y, además, resulta muy oneroso, pero por suerte el cambio no es nada nuevo para nuestras entidades. Si por algo se ha caracterizado el sector bancario español a lo largo de su reciente historia es por su capacidad para incorporar las nuevas tecnologías que han aparecido en cada momento –ordenadores, cajeros automáticos, tarjetas de crédito–, de forma que la banca de hoy nada o muy poco tiene que ver con la de hace 20 o 30 años. La transformación permanente forma parte de la naturaleza de nuestras entidades, por lo que cabe esperar que harán de ese desafío una veta de oportunidades para mejorar sus productos y servicios.

José María Roldán, presidente de la Asociación Española de Banca

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