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EL ECONOMISTA

Dispuestos para pasar a la acción

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La celebración en Madrid de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima, ha dado la ocasión a los bancos españoles de hacer patente su profundo compromiso con la preservación del Medio Ambiente y con los objetivos de la lucha contra el cambio climático, establecidos en los Acuerdos de Paris de 2015.

Estos objetivos plantean, sin duda, un desafío de enorme complejidad y  costes no despreciables, pues exigen evolucionar hacia un modelo de economía baja en emisiones de carbono, lo que supone un cambio radical en nuestra forma de producir y consumir.

¿Por qué el sector financiero adquiere tal relevancia en este contexto? Parece obvio que un elemento sustancial para el logro de estas metas será la financiación, por lo que es necesario preparar al sistema financiero mundial para captar y hacer llegar los fondos que esta transición va a precisar. Además, los bancos van a ser un elemento clave para orientar a nuestras empresas, en particular las pequeñas y medianas, hacia este nuevo modelo productivo.

Las finanzas sostenibles se convierten así en una palanca fundamental de este desafío, pero no será suficiente con invertir en la transformación de un modelo social y productivo, sino que la financiación deberá estar además sujeta al estricto cumplimiento de los criterios ESG (Medio ambiente, Social y Gobernanza).

Para que el sector bancario pueda cumplir su papel en este proceso, marcado por la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, se requieren directrices y marcos legales claros. Por este motivo, reclamamos que, en la medida de lo posible, las autoridades reduzcan la incertidumbre inherente al cambio climático o, al menos, que no incrementen la actual ni introduzcan riesgos adicionales. Los bancos, por su parte, están preparados para pasar a la acción, a una acción ordenada y acordada con los distintos agentes sociales.

José María Roldán, presidente de la Asociación Española de Banca

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