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GRADUADO SOCIAL

Los bancos de hoy y del mañana

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Los desafíos surgidos durante la crisis se han convertido en las verdaderas palancas de la transformación en los bancos, que se han tenido que adaptar a unos cambios regulatorios complejos con implicaciones en su capacidad de innovación y transformación digital. Es importante que las autoridades valoren que una regulación extrema puede acabar limitando la innovación financiera

El BCE y la Comisión Europea publicaron hace unos días las conclusiones de su última visita a España a principios de abril para valorar la situación económica y financiera. A falta de conocer el informe completo, ambas instituciones valoraron positivamente la situación actual de los bancos españoles. Alabaron los esfuerzos de las entidades para reforzarse en capital y dotarse de niveles confortables de liquidez, destacaron la mejora de la rentabilidad y del modelo de negocio, valoraron la reducción de la morosidad y la elevada eficiencia del sector, y enfatizaron el fuerte aumento de la nueva financiación, imprescindible para entender el fuerte crecimiento actual de la economía española. Su valoración es una buena recompensa para el sector tras una década de esfuerzos, aunque ignora los cambios que se están produciendo en la responsabilidad social de las entidades, que buscan contribuir al progreso de la sociedad con sus decisiones.

Para las autoridades europeas el principal desafío de los bancos del Viejo Continente es la rentabilidad. En el caso de los bancos españoles, la continua mejora en la rentabilidad se apoya en el margen que proporciona la nueva financiación, en la mayor eficiencia y en la menor necesidad de dotar provisiones. La caída de la morosidad de los préstamos y el descenso de los activos adjudicados durante la crisis son otros factores que explican la mejora de la rentabilidad. Siempre se pueden hacer más ajustes y de forma más rápida, pero lo importante es acometerlos de forma ordenada, poco traumática, y hacerlos compatibles con la mejor financiación posible de la economía. El fuerte crecimiento del nuevo crédito a empresas y familias es el reflejo del éxito de los bancos en su función de mecanismo de transmisión de las medidas extremas de política monetaria del BCE.

Los bancos españoles son un exponente de la innovación financiera al servicio del cliente en Europa. La mayor eficiencia conseguida supone una mejora del proceso de transformación interna de las entidades, que debe revertir en el cliente con nuevos productos y servicios, de mayor calidad y a un precio adecuado. La rentabilidad bancaria es un requisito indispensable para que las entidades puedan reforzar su capital y seguir invirtiendo para ser más competitivas. Rentabilidad y eficiencia vienen de la mano. Y ambas son imprescindibles para garantizar la sostenibilidad de la actividad bancaria.

Nuestras entidades están totalmente abiertas a incorporar las nuevas tecnologías en su modelo de negocio. Son líderes en el modelo de banca relacional y despliegan su actividad a escala internacional apoyándose en filiales independientes. Todo esto se traduce en una elevada experiencia en la gestión de riesgos que hace de la banca española una industria segura, digna de confianza, que está totalmente entregada al servicio del cliente y a la financiación del crecimiento económico.

Los desafíos surgidos durante la crisis se han convertido en las verdaderas palancas de la transformación en los bancos, que se han tenido que adaptar a unos cambios regulatorios complejos con implicaciones en su capacidad de innovación y transformación digital. Es importante que las autoridades valoren que una regulación extrema puede acabar limitando tanto la innovación financiera como la función principal de los bancos de aumentar la inclusión financiera.

Pero además de los desafíos externos a los que ha hecho frente, la banca española lleva tiempo embarcada en su transformación interior, en la de su cultura. Este cambio en la forma de hacer las cosas no solo busca atenuar los riesgos, incluidos el reputacional y de conducta, sino también afianzar la base de una actuación correcta. Respeto, claridad y transparencia deben primar en la organización interna de los bancos y guiar su relación con los clientes. A esta brújula de comportamiento se suman cambios en la responsabilidad social de nuestras entidades, que con su actividad priman un crecimiento económico más inclusivo y sostenible.

¿Cuál será el modelo de banca en el futuro? La transformación digital y la nueva competencia no bancaria son piezas importantes en este interesante debate abierto a escala mundial, así como la regulación y el entorno de tipos de interés reales negativos o nulos. A las oportunidades de crecimiento de la banca se suman limitaciones y obstáculos. Entre ambos extremos, los bancos sabrán encontrar el camino para seguir financiando la economía y dar el mejor servicio a la sociedad.

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