Esta semana se ha resuelto la primera edición de los premios Alcanza de la Fundación AEB, cuyo objetivo es dar visibilidad al esfuerzo que realizan entidades sin ánimo de lucro en proyectos innovadores de educación financiera, capacitación digital y uso de prácticas de ciberseguridad. Con tres categorías: inclusión y personas con discapacidad, niños y jóvenes, y personas mayores.
El conocimiento es el principal activo de nuestra sociedad. Si la inversión en formación es imprescindible, no lo es menos en educación financiera y capacitación digital. Porque son conocimientos esenciales para la vida diaria y el futuro de las personas. Por un lado, contar con nociones básicas en finanzas nos permite adoptar decisiones económicas adecuadas a nuestras necesidades y expectativas. Mientras, la capacitación digital es el mejor pasaporte a las ventajas de la incorporación de las nuevas tecnologías, que permite a las personas acceder a nuevas fórmulas de comunicación y gestión tan prácticas como ágiles.
Digitalización y sostenibilidad convergen en el mismo punto: las personas. Porque la digitalización es tanto más valiosa en cuanto extiende sus ventajas a toda la sociedad. Y la sostenibilidad no se limita al aspecto ambiental, sino que se refiere también al espectro social, a la mejora del bienestar, el fomento de la inclusión y la cohesión, y una gobernanza correcta y transparente, tanto de gobiernos como de empresas.
Y ese componente social encuentra una pieza fundamental, de nuevo, en la educación. En la adquisición de conocimientos y capacidades que hacen a las personas más libres y a las sociedades más capaces. La formación es una herramienta extraordinaria para la generación de talento y, con ello, de creación de progreso.
José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de Banca