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Portavoz

LA VANGUARDIA

El dinero debe fluir

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Hace ya mucho tiempo que los bancos centrales abandonaron la fijación de un objetivo anual de crecimiento del dinero. Lo que no significa obviar su evolución, considerando que se trata del agregado que más se relaciona a medio plazo con el propio crecimiento nominal de la economía. En la zona euro hablamos de la masa monetaria o M3, el concepto de dinero que permite financiar el gasto en bienes y servicios.

Todos los meses el Banco Central Europeo (BCE) publica la evolución de la M3 y de sus contrapartidas. La M3 incluye depósitos en los bancos y otros pasivos a corto plazo del sector público en manos de los residentes, familias y empresas. Su principal contrapartida son los préstamos de los bancos. Las medidas monetarias expansivas llevadas a cabo por el BCE han impulsado el crecimiento de la M3 hasta niveles del 8,9 % anual en mayo, el doble del nivel considerado deseable a medio plazo en situaciones normales. Los préstamos de los bancos europeos al sector privado crecen a ritmos del 6 %, y del 8 % en el caso de los préstamos a empresas.

El BCE se ha esforzado desde el inicio de la crisis en procurar niveles holgados de liquidez a los mercados financieros y préstamos a los bancos para que los canalicen a la economía real. La financiación bancaria a familias y empresas queda asegurada con la alta participación de los bancos europeos en las subastas de dinero que realiza la autoridad monetaria europea.  Pero  asegurar un flujo estable de financiación a la economía pasa también por reforzar la estabilidad bancaria.  Y la solidez de las entidades es la condición necesaria para esta estabilidad. La condición suficiente pasa por mejorar la certidumbre económica y combatir los potenciales excesos en los mercados financieros.

José Luis Martínez Campuzano ,portavoz de la Asociación Española de Banca

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