El plan de ajuste debe complementarse con las políticas de oferta que permitan impulsar el crecimiento mediante una mejora de la competitividad.
Lo que no han logrado dos años de severa recesión, la oposición política y las reiteradas recomendaciones, tanto institucionales como de un elevado número de analistas, parece haberlo conseguido, en poco menos de una semana, la presión de los malvados mercados y de los organismos supranacionales. La realidad puede ignorarse por algún tiempo, pero siempre acaba por imponerse.
El pasado 11 de mayo, el presidente del Gobierno anunció ante el Congreso un paquete de medidas destinado a recortar el gasto público en 15.000 millones de euros entre el presente y el próximo ejercicio.