En estos días venimos asistiendo a una eclosión de noticias que tienen que ver con el papel de los bancos y su posición con los clientes, debido a los ecos de la reciente sentencia del TJUE sobre la sentencia del Tribunal Supremo relativa a las denominadas cláusulas suelo incorporadas a muchos préstamos con garantía hipotecaria.
La critica razonada es legítima , y el sector asume de buen grado la parte de responsabilidad que le toca cuando no ha hecho las cosas bien. Pero la critica indiscriminada, no informada, o aun peor, interesada, únicamente genera confusión entre la ciudadanía, en un intento de propiciar el río revuelto en el que algunos quieren pescar.