La economía española ha pasado, en un año, de la amenaza del rescate a una incipiente recuperación y al retorno de la confianza de los inversores extranjeros en nuestro país
- Sin embargo, no podemos relajarnos. La recuperación económica se halla en su etapa inicial, con crecimientos moderados, mientras persiste la necesidad de reducir el elevado endeudamiento del sector privado. Es urgente concluir la reestructuración del sistema financiero
- El supervisor único y el Mecanismo Único de Resolución bancaria son pasos imprescindibles para poder superar la espiral perversa existente entre la deuda bancaria y la deuda soberana. Los bancos españoles afrontan con confianza las pruebas que va a realizar el BCE antes de asumir su responsabilidad como supervisor único
- Los bancos españoles obtuvieron en los nueve primeros meses de 2013 un beneficio atribuido consolidado de 6.702 millones de euros, tras destinar 17.976 millones de euros a saneamientos e incrementar su core capital en 100 puntos básicos hasta el 11,46%
El secretario general de la AEB, Pedro Pablo Villasante, manifestó hoy que el ejercicio 2013, aunque ha sido difícil para la economía española, se está configurando claramente como el año puente hacia una recuperación que previsiblemente se consolidará en 2014.
Durante la presentación de resultados de los bancos españoles en los nueve primeros meses del año, Pedro Pablo Villasante comentó que la percepción de la situación económica en España ha mejorado significativamente con respecto a la del año anterior: “Hay que recordar –dijo– que en 2012 nos encontrábamos ante el inminente rescate de nuestra economía y desde ahí hemos pasado, en un año, a una incipiente recuperación económica, al inicio del retorno de la confianza de los inversores extranjeros en nuestro país y a la salida limpia del programa de asistencia financiera, tras cumplir con todas las condiciones exigidas y la disposición de menos de la mitad de la ayuda recibida para la recapitalización de algunas cajas de ahorros”.
En su opinión, esta mejora ha sido posible gracias al tremendo esfuerzo realizado por la sociedad española y al efecto conjunto de las reformas emprendidas en los últimos años, que han tenido como objetivo la consolidación fiscal para garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas; la recapitalización y reestructuración de sector financiero; la reforma del mercado laboral y otras medidas tendentes a mejorar la competitividad.
En todo caso, advirtió que, para preservar los efectos positivos alcanzados y hacerlos sostenibles en el tiempo, es necesario continuar avanzando en la corrección de los principales desequilibrios de nuestra economía, tales como el abultado endeudamiento neto frente al exterior, el déficit público y el elevado endeudamiento de las administraciones públicas y del sector privado. Ante esta situación, el secretario general de la AEB considera necesario aprovechar el esfuerzo reformador existente para continuar mejorando nuestra competitividad y concluir la reestructuración del sistema financiero mediante la venta, lo antes posible, de las entidades rescatadas por el Estado.
A pesar de la mejora registrada este año, en su opinión “no podemos relajarnos”, pues la recuperación económica se halla en su etapa inicial, con un crecimiento aún moderado y con la necesidad de reducir el elevado nivel de endeudamiento del sector privado, lo que hace que las cifras de crecimiento del crédito a la economía sean todavía negativas.
Agregó en este sentido que aún se mantienen los efectos de la renacionalización y fragmentación del mercado interbancario y financiero europeo, que impiden la transmisión a la economía real de los impulsos de la política monetaria común, ya que los tipos de interés que aplican los bancos a sus clientes responden más a la prima de riesgo de la deuda pública de cada país que a los tipos de intervención del BCE.
Por esa razón, explicó que los bancos miembros de la AEB respaldan sin reservas el proyecto de integración financiera en la zona euro, pues creen necesario contar cuanto antes con el BCE como supervisor único y con el Mecanismo Único de Resolución bancaria, pasos imprescindibles para poder superar la espiral perversa existente entre la deuda bancaria y la deuda soberana. Asimismo, entiende que el nuevo esquema de supervisión europea ayudará a despejar las dudas que aún existen sobre la solvencia de los bancos en los diferentes países miembros, dudas que están contribuyendo a prolongar el clima de inestabilidad financiera y retrasando la salida de la crisis.
Pedro Pablo Villasante no dudó en afirmar que los bancos españoles afrontan con confianza las pruebas de calidad de activos y de esfuerzo que a lo largo del próximo año va a realizar el Banco Central Europeo antes de asumir su responsabilidad como supervisor único. Estas pruebas servirán para incrementar la transparencia y facilitarán la comparación entre entidades europeas bajo una metodología común.
En este todavía complicado contexto económico y financiero adverso para la actividad bancaria, los bancos españoles obtuvieron en los nueve primeros meses de 2013 un beneficio atribuido consolidado de 6.702 millones de euros, tras destinar 17.976 millones de euros a saneamientos. Pedro Pablo Villasante consideró poco significativo el incremento interanual de los beneficios debido a que se compara con un ejercicio, el 2012, en el que se efectuaron importantes saneamientos de carácter extraordinario.
Según el secretario general de la AEB, los beneficios y las rentabilidades de los bancos españoles en los nueve primeros meses del año, “aun siendo positivos, son todavía modestos” y se caracterizan por una caída del margen de intereses, consecuencia conjunta de la contracción de la actividad y de los bajos tipos de interés; por la necesidad de seguir realizando importantes saneamientos debido al deterioro de la cartera crediticia, aunque de importe menor a los registrados en 2012, y por la contabilización de beneficios atípicos de operaciones interrumpidas.
A pesar de ello, Villasante quiso recordar que los bancos españoles han obtenido estos beneficios por sus propios medios, sin apoyo alguno de ayudas públicas de capital desde que empezó la crisis financiera y sin recurrir al traspaso de activos inmobiliarios problemáticos e improductivos a la Sareb, como lo han hecho otros competidores.
Más aún, subrayó que los bancos españoles, no sólo no han recibido ayudas públicas, sino que han soportado una parte sustancial de las pérdidas producidas por la crisis de algunas cajas de ahorros, principalmente a través de la utilización de los importes acumulados en su Fondo de Garantía de Depósitos y mediante la suscripción de parte del capital privado de la Sareb, con lo que han contribuido a reducir el coste que la crisis financiera ha tenido para el Estado español y, por tanto, para los contribuyentes.
Además, a lo largo de la crisis los bancos españoles han realizado un “colosal” saneamiento de sus propios balances, al que destinaron 158.163 millones, importe que duplica los 77.055 millones del beneficio consolidado obtenido en el periodo 2007-septiembre 2013. Pedro Pablo Villasante espera que el saneamiento continúe a lo largo de este año, si bien no será tan elevado como el extraordinario realizado en 2012. De enero a septiembre, se realizaron saneamientos por importe de 17.976 millones, cifra inferior en un 30% a la constituida un año antes, en el que se dotaron las provisiones extraordinarias establecidas en los dos Reales Decretos Ley de saneamiento del sector financiero sobre los activos inmobiliarios.
Simultáneamente al saneamiento de sus activos, los bancos españoles continuaron el esfuerzo extraordinario para fortalecer sus balances e incrementar el nivel de sus recursos propios de mayor calidad. Así, a 30 de septiembre de 2013, el nivel de capitalización de los grupos bancarios españoles seguía muy por encima del requerimiento mínimo del 8%, con un ratio BIS superior al 13,6%, lo que refleja un exceso de recursos propios sobre los mínimos necesarios de 57.699 millones de euros. La parte de mayor calidad del ratio de solvencia, el core capital, es del 11,46%, 100 puntos básicos superior al existente un año antes.
Asimismo, la estructura financiera de los bancos españoles ha mejorado significativamente, ya que han incrementado sus depósitos de clientes, lo que le ha permitido devolver gran parte de la financiación recibida de los bancos centrales y acudir ahora a los mercados al por mayor de una forma mucho más selectiva y aprovechando las oportunidades existentes en cuanto a precio y plazo.
En suma, los bancos españoles perseveran en la estrategia que implementaron al principio de la crisis y que, según explicó Pedro Pablo Villasante, consiste en valerse de sus propios medios sin recurrir a ayudas públicas; el mantenimiento de su modelo de negocio de banca minorista orientado a la economía real productiva; y la mejora de su capacidad competitiva mediante el fortalecimiento del balance, el incremento de la eficiencia operativa y la diversificación geográfica de su actividad y fuentes de ingresos.