Para aprovechar esta oportunidad será necesario mantener una política orientada hacia la estabilidad macroeconómica y extender las reformas estructurales destinadas a ampliar el potencial de crecimiento. Todo ello no supone, en modo alguno, que se haya superado la crisis o que estemos exentos de riesgos importantes
En su Informe Económico-Financiero de septiembre, la AEB estima que, transcurridos dos años desde la recaída en recesión, la economía española comienza a mostrar síntomas de una mejoría que abren las vías hacia una recuperación. Destaca el Informe que, al buen comportamiento del sector exterior se suma la estabilización del consumo privado y un primer avance de la inversión en bienes de equipo. La desaceleración de la destrucción de empleo, el descenso de la prima de riesgo soberano, el retorno de la inversión extranjera y la revalorización de los índices en bolsa apoyan este balance. Los indicadores disponibles para el tercer trimestre del ejercicio confirman un mayor pulso del gasto y de la actividad junto con una mejora de la confianza de consumidores y empresas por lo que cabe esperar un crecimiento positivo del PIB.
El ajuste de los desequilibrios ….
Desde el punto de vista interno, destaca la ganancia de competitividad derivada del descenso de nuestros costes laborales unitarios relativos (devaluación interna) que se ha traducido en una importante aportación del sector exterior. Se ha corregido el déficit por cuenta corriente hasta alcanzar una posición excedentaria y, pese a un contexto recesivo, se ha comprimido sustancialmente el déficit estructural primario de las AA.PP. El ajuste del sector inmobiliario, tanto en volumen como en precios, ha progresado considerablemente y ha reactivado el atractivo de los inversores institucionales. El sector privado ha seguido avanzando en el proceso de desapalancamiento aunque el nivel de endeudamiento continúa siendo elevado. En el ámbito financiero, en su examen de seguimiento de septiembre, la Troika ha confirmado que el programa de asistencia al sector financiero se está ejecutando correctamente y que la solvencia de los bancos es confortable. En este nuevo marco de referencia, se ha recobrado la confianza de los mercados y se ha recuperado el acceso a una financiación más fluida a unos costes más bajos.
… y el nuevo marco de actuación de la Unión Europea.
También en la Unión Europea se han tomado importantes iniciativas. Destaca en este punto el diseño de la Unión Bancaria que, partiendo de un sistema único de supervisión para los bancos de la zona euro bajo la responsabilidad del BCE –previsiblemente operativo a partir de otoño del próximo año-, deberá completarse con un mecanismo común de resolución y de garantía de depósitos. Se trata de tres pilares fundamentales para la viabilidad de la Unión Monetaria, romper la fragmentación de los mercados, restablecer los mecanismos de transmisión de la política monetaria y asegurar la debida fluidez del crédito. Habida cuenta del profundo deterioro de la situación económica, el Eurogrupo decidió ampliar los plazos para el cumplimiento de los objetivos presupuestarios dentro de unos límites más razonables. En un horizonte de más largo plazo, las autoridades han reafirmado su compromiso de avanzar en la integración fiscal, económica y política como garantes de la viabilidad y de un satisfactorio funcionamiento del euro.
Una oportunidad …
Se abre, pues, la oportunidad de aprovechar todos estos activos para consolidar una recuperación más consistente y sostenible con capacidad para generar empleo. Las perspectivas de estabilización de la renta real disponible de los hogares junto con la mejora de la confianza de los hogares y la necesidad de liberar la demanda contenida durante la fase de recesión, deja espacio para un tono más sostenido del consumo privado. El mayor pulso de la actividad, las mejoras de rentabilidad y las necesidades de reposición, deberían consolidar la incipiente recuperación de la inversión en bienes de equipo. En el mercado inmobiliario, el ajuste realizado tanto en términos de precios como de volumen, apunta hacia una menor detracción al crecimiento y a la destrucción de empleo. Aunque con menor intensidad que en el pasado, debido al mayor impulso de la demanda interna y de las importaciones, el sector exterior, más competitivo y en el marco de una gradual recuperación en la zona del euro, continuará contribuyendo al crecimiento del PIB. Las previsibles mejoras en las condiciones de financiación desempeñarán asimismo un papel importante. Bajo este escenario, entraría en juego la dinámica de los multiplicadores con un efecto positivo sobre los distintos segmentos del gasto, de la actividad y del empleo, lo que facilitaría el laborioso saneamiento de las uentas públicas, el desapalancamiento del sector privado y la deseable fluidez del crédito.
… que requiere mantener una política orientada hacia la estabilidad y extender las reformas estructurales.
En nuestra opinión, este balance no supone, en modo alguno, que se haya superado la crisis o que estemos exentos de importantes riesgos. Será necesario, por lo tanto, mantener una política decididamente orientada hacia la estabilidad macroeconómica (consolidación presupuestaria, moderación de costes internos, etc.) y extender las reformas estructurales al objeto de ampliar el potencial de crecimiento mediante un uso más exhaustivo (empleo) y eficiente (productividad) de los factores de producción. Queda un amplio espacio a cubrir en el ámbito de la flexibilización de los mercados y, muy concretamente, en el campo fiscal para abordar una reforma de calado que alivie el peso de la carga sobre las empresas y familias y para progresar en la reforma de las AA.PP. bajo unos estrictos criterios de racionalización y eficiencia.