El presidente de la AEB afirma que los bancos están en situación de apoyar la recuperación de la economía de forma sólida y sostenida
- José María Roldán resumió las prioridades de la AEB para los próximos cuatro años en una palabra: Europa, con la que expresa el reto que afrontan los bancos españoles ante el proceso de construcción de la Unión Bancaria
- El BCE debe respetar el equilibrio competitivo entre entidades y tener en cuenta las fortalezas del modelo de negocio de los bancos españoles
- Para reducir el endeudamiento de nuestra economía, es esencial acometer las reformas necesarias y mantener la confianza en los bancos españoles, tanto en el exterior como en España
- Pidió “con humildad y también con insistencia” que no se realicen simplificaciones y generalizaciones de la actuación de los bancos, y que la crítica, siempre necesaria, se aborde desde el rigor y la prudencia
El presidente de la AEB, José María Roldán, ha manifestado que la economía española se adentra en un innegable proceso de recuperación y reactivación, al que la banca está en situación de apoyar de manera sostenida en el tiempo, después de haber acometido el “titánico” proceso de sanear y reforzar sus balances a lo largo de la crisis.
José María Roldán, que ha participado hoy en la inauguración del V Encuentro Financiero, organizado por Expansión y KPMG, se mostró convencido de que la economía española está dejando atrás el reciente periodo de intensa recesión y destrucción de empleo y se adentra en una senda de recuperación económica, tan necesaria como innegable. En este contexto, destacó que los bancos están en disposición de apoyar, de manera sólida y sostenida en el tiempo este proceso de recuperación de la economía atendiendo, como de hecho ya lo están haciendo, la demanda de crédito solvente.
En su opinión, este apoyo es posible gracias a que la banca está culminando el saneamiento de sus balances y, si bien, precisó, todavía pueden ser necesarios esfuerzos puntuales en ciertas carteras o acreditados, estos quedarán muy lejos del trabajo titánico realizado en los últimos cinco años. En este periodo, según resaltó, los bancos han logrado compatibilizar el saneamiento con el reforzamiento de sus recursos propios. En concreto, los bancos asociados a la AEB han aumentado sus fondos propios contables en unos 60.000 millones de euros en los últimos seis años.
En suma, José María Roldán aseguró que los bancos españoles, aquellos representados en la AEB y el resto, con las mejoras en solvencia y rentabilidad que muestran, están preparados para apoyar el proceso de recuperación económica. En particular, valoró la importancia de su papel en la financiación de las nuevas pymes y de empresas del sector de exportación bien directamente o en colaboración con organismos como el ICO.
Además, indicó que el modelo de crecimiento económico se ha transformado como lo muestra la fortaleza del sector exportador, un factor que resulta clave para la reducción del endeudamiento exterior a largo plazo. No obstante, observó que para sostener la confianza externa que permita una reducción gradual y ordenada del endeudamiento de nuestra economía, es esencial acometer cuantas reformas sean necesarias, así como mantener la confianza en los bancos españoles, tanto en el exterior como en España.
A tal efecto, entiende que un componente imprescindible en la acción de la AEB es el de ayudar a recuperar la imagen del sector pues, además, la recuperación del valor de la franquicia bancaria resulta clave en un negocio como este basado en la confianza. “Sólo mediante una pedagogía paciente podremos recuperar un lugar en la opinión pública que sea justo. Para ello, debemos explicar, con humildad, rigor y claridad algunas características del negocio bancario que, con frecuencia, se pasan por alto”, agregó.
Por ejemplo, el modelo de banca al servicio de los clientes, lejos de las prácticas especulativas que dieron origen a la crisis, y la dimensión internacional de algunos bancos ha sido, en su opinión, un elemento fundamental de estabilidad en España durante la crisis, si bien lamentó que a este hecho no se le otorgue el valor que se merece.
En cuanto al papel jugado, en concreto, por los bancos de la AEB durante la crisis, hizo especial hincapié en que “en esos años de plomo, nuestras entidades lograron, con un esfuerzo considerable, sanear sus balances, reforzar su capital, mantener un modelo de negocio rentable y apoyar el saneamiento de otras partes del sistema financiero profundamente dañadas. Y todo al mismo tiempo y con una economía en recesión”.
Por todo ello, se permitió pedir “con humildad y también con insistencia” que no se realicen simplificaciones y generalizaciones de la actuación de los bancos en la crisis, y que la crítica, siempre necesaria, se aborde desde el rigor y la prudencia. En este terreno, valoró especialmente el papel que debe jugar la educación financiera para mantener el rigor en el debate público y comprender la función esencial que desempeña el sistema financiero en una economía moderna. “No hay una sola economía pujante que no tenga detrás un sistema financiero solvente y rentable”, aseveró.
Para el presidente de la AEB, no es hora, sin embargo, de mirar al pasado, sino de pensar en el futuro. “Los bancos de la AEB han saneado sus balances sin ayudas públicas, a costa de su beneficio y de la retribución de sus accionistas y están preparados para volver a unos beneficios sólidos, basados en el rigor de la gestión del riesgo y en el control de los costes. Esta es una buena noticia, no ya para los accionistas de los bancos, sino para la economía en su conjunto”, dijo.
Durante su intervención, José María Roldán también se refirió a las prioridades de la AEB para los próximos cuatro años, que resumió en una palabra: Europa, término que expresa el reto al que se enfrentan los bancos españoles ante el proceso de la construcción de la Unión Bancaria y, de forma inmediata, ante su adaptación a la nueva supervisión única, incluidas las pruebas de solvencia previas a su implantación.
A este respecto, explicó que a corto plazo una gran parte del esfuerzo de los bancos, estará dirigido a superar con éxito el llamado “Asset Quality Review” y el Stress Test o prueba de esfuerzo. El presidente de la AEB se mostró convencido de que nuestros bancos podrán superar con éxito estas pruebas, a pesar de que el escenario adverso contemplado en el ejercicio de esfuerzo es de una dureza considerable.
En este contexto, llamó la atención sobre el auténtico cambio de régimen supervisor que se avecina, por lo que considera de vital importancia que las entidades puedan adaptarse al mismo sin desconcierto. Juzgó, asimismo, indispensable que el BCE se comprometa a respetar el equilibrio competitivo entre entidades y, más aún, reclamó al nuevo supervisor que tenga en cuenta las evidentes fortalezas del modelo de negocio de los bancos españoles, basado en relaciones a largo plazo con los clientes, en franquicias fuertes y en la expansión internacional mediante filiales autónomas que diversifican riesgos, disciplinan la gestión y facilitan las estrategias de resolución. “El café para todos no nos basta. De hecho, sólo puede ser satisfactorio para entidades subestándar, con una gestión endeble. Los bancos de la AEB deben aspirar a un trato equitativo y justo”.
Pese a estos buenos pronósticos, el presidente de la AEB advirtió de que la actividad bancaria no va a transitar un camino de rosas en los próximos años sino que, por el contrario, afronta un entorno de negocio muy difícil que no se debe complicar innecesariamente. Mencionó en particular el escenario de bajos tipos de interés, que en su opinión se prolongará en el tiempo y complica sobremanera la obtención de un margen de intereses suficiente. En su opinión, “sólo una gran disciplina en los gastos operativos y la búsqueda de ingresos recurrentes alternativos, mediante la provisión de servicios auxiliares a la clientela, han permitido a los bancos afrontar hasta ahora ese escenario de bajos tipos de interés con márgenes suficientes para mantener resultados positivos y al mismo tiempo sanear sus balances mediante cuantiosas provisiones”.
Dentro de la dificultad creciente del negocio bancario, José María Roldán citó el nuevo entorno regulatorio que, a su juicio, se ha vuelto mucho más complejo y exigente. Los bancos, afirmó, van a cumplir con los requisitos de la nueva regulación, pero no se debe olvidar que sus estándares de exigencia son muy elevados y, sobre todo, es preciso dejar que las medidas en vigor muestren sus efectos antes de introducir otras nuevas.
En cuanto a la reforma regulatoria, el presidente de la AEB mostró su preocupación sobre uno de sus resultados, el desplazamiento de parte de la financiación de la economía hacia la intermediación no bancaria, exenta de un régimen regulatorio tan exigente como el establecido para los bancos. “Si bien una mayor financiación vía mercados no debería suponer un cambio significativo e, incluso, es deseable, el creciente protagonismo del sistema financiero en la sombra puede tener un impacto permanente sobre la volatilidad, aumentándola”. Alertó de que bajo Basilea III, con unos requerimientos en términos de core capital más de cuatro veces superiores respecto a los de Basilea II, se multiplicarán por cuatro los incentivos para entregarse al arbitraje regulatorio y a la actividad del sistema bancario en la sombra. De hecho, dijo, este avance del “shadow banking” ya se palpa en el día a día.