En marzo de 2012 se aprobó una normativa europea, en forma de reglamento, que pasó inadvertida para la mayor parte de los afectados: los usuarios de los servicios de pago.
No así para los bancos que, como proveedores de servicios de pago, llevan tiempo preparándose para la construcción de una zona única de pagos en euros, lo que se conoce como proyecto SEPA (Single Euro Payments Area).
Esta norma establece la forma en que han de realizarse las transferencias y los adeudos domiciliados en euros en el ámbito de la UE. Por tratarse de un reglamento es directamente aplicable tanto para los bancos y demás proveedores de servicios de pago, como para la clientela. La norma prevé un plazo de adaptación que finaliza el 1 de febrero de 2014.