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Portavoz

Verde que te quiero verde

Informe anual

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La palabra verde se ha puesto de moda. Bonos verdes, financiación verde y en general concienciación verde.  Pero la expresión, como el propio título del poema, va mucho más allá de su significado literal.  Refleja la lucha que todos como sociedad debemos emprender contra los riesgos sociales y medioambientales. De esta forma engloba tanto un convencimiento a corto plazo como un compromiso a futuro. Ya sentimos los efectos del cambio climático, lo que exige tomar decisiones lo antes posible y de forma decidida.

El requisito indispensable para la calificación de verde es que el dinero que se consiga esté destinado a una actuación que tenga una repercusión positiva para lograr un crecimiento sostenible. Pero más allá de dinero hace falta mucho esfuerzo y de todos en este desempeño.  Naturalmente también del sector financiero, que como no puede ser de otra forma tiene un elevado protagonismo en el proceso de transición que apenas hemos iniciado.

El papel de los bancos es doble: como divulgadores y desde el punto de vista financiero. Su papel es clave como financiadores de proyectos, como inversores finales y como catalizadores de la inversión de terceros. También se enfrentan a riesgos físicos medioambientales y más adelante en el proceso de transición hacia una economía baja en carbón. Las autoridades, legisladores y supervisores, están enfocadas en valorar todas estas amenazas para el sector financiero. La gobernanza debe adaptarse también a esta prioridad que supone pilotar la financiación del cambio, involucrando a todos los empleados.

Naturalmente también hay oportunidades que nuestras entidades no pueden dejar escapar. Los bancos han demostrado en el pasado su capacidad de adaptación, obteniendo lo mejor de cada escenario en beneficio de sus clientes. Aunque ahora los beneficiados somos todos.

José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de Banca

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