Buscar

Portavoz

INVERSIÓN Y FINANZAS

Reconstrucción y reconversión

.

La palabra ‘reconstrucción’ alude a la reparación o nueva construcción de algo destruido, dañado o deteriorado. La ‘reconversión’, por su parte, se centra en la modernización o transformación con el fin de mejorar y adaptar algo. Ambos términos reflejan a la perfección el reto económico que nos plantea la crisis sanitaria. Un desafío que también debe contemplarse como una oportunidad de crear una economía post pandemia más inclusiva, digital y sostenible, y un empeño al que debemos contribuir todos nosotros, autoridades, empresas y ciudadanos. La coordinación internacional a través de los fondos europeos facilita parte del capital y de la financiación necesarios para que la estrategia funcione, junto a un planteamiento claro de prioridades y de puesta en práctica de medidas.

La primera piedra de este nuevo edificio es mantener los apoyos oficiales a empresas y familias en el incierto y doloroso escenario actual. Ilusionados por las noticias sobre vacunas imaginamos un futuro libre de Covid cuando, lamentablemente, aún sufrimos sus consecuencias. La segunda ola de la enfermedad llevó al FMI a rebajar sus previsiones de crecimiento el mes pasado hasta una caída histórica del producto mundial del 4,4 % este año y una recuperación parcial y desigual del 5,2 % en 2021. La coincidencia de criterios sobre las ayudas sanitarias a los países menos desarrollados durante el G20 celebrado el pasado fin de semana es sin duda esperanzadora, porque ante un problema mundial como al que nos enfrentamos lo fundamental es que la respuesta sea coordinada a escala internacional y contundente, de forma que consiga realmente combatir la incertidumbre que deprime los negocios y detiene las inversiones.

Ahora las prioridades económicas son preservar el tejido productivo mientras superamos la enfermedad y sentar las bases de una economía futura más sostenible e inclusiva.  El esfuerzo debe ser conjunto y de cada parte por separado. Nos jugamos demasiado de no hacerlo así. El sector bancario lo tiene muy claro, de ahí sus constantes esfuerzos por mejorar en eficiencia, fortaleza y rentabilidad para cimentar este futuro económico que todos deseamos. Pero es importante que las autoridades nacionales y europeas cumplan con su misión de culminar una unión bancaria que permita un sector bancario europeo con menor exceso de capacidad, más sostenible, estable y eficaz, y que compita en igualdad de condiciones con el resto de los bancos internacionales. Las autoridades también deben adaptarse a la transformación digital financiera, como lo hace el propio sector, para proteger al consumidor y garantizar la estabilidad financiera ante la entrada de las grandes empresas tecnológicas sometidas a una regulación y supervisión más laxa que la de los bancos.

Los fondos europeos, bien orientados y gestionados, permitirán que la economía europea recupere el camino perdido en transformación digital en la última década. Por un lado, los fondos pueden impulsar proyectos innovadores y sostenibles, y, por otro lado, ayudar a modernizar sectores tradicionales intensivos en empleo. A corto plazo es fundamental recuperar el empleo perdido en la crisis y hacerlo compatible con reformas que lleven a un aumento del crecimiento potencial.  Los bancos parten con ventaja ante la necesidad de ganar en eficiencia y eficacia, ya que están acostumbrados a adaptarse a escenarios complejos y competitivos, donde el cliente ha de ser el principal beneficiado. Llevan la innovación y la capacidad de adaptación impresos en su ADN, algo que ahora se evidencia necesario para todo el tejido empresarial ante la magnitud del desafío que suponen la reconstrucción y la recuperación económica. Los bancos también pueden ayudar con su experiencia y conocimientos en este proceso de transformación.

José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de Banca

Descargar el artículo