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LA VANGUARDIA

Optimismo fundado

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Detrás de la revisión al alza de las previsiones de crecimiento mundial está la esperanza depositada en la eficacia de las vacunas. Superado el virus, la demanda embalsada durante el confinamiento, unas condiciones financieras muy favorables y el fuerte impulso fiscal garantizan una recuperación intensa de la economía en los próximos meses. Esto es lo que refleja el comportamiento al alza de los mercados financieros desde principios de año.

Los activos financieros se consideran indicadores adelantados de la marcha económica, nutriéndose de las propias expectativas de los agentes económicos. El mejor ejemplo es la evolución reciente de los bancos en Bolsa, liderando las subidas y corrigiendo de esta forma su infravaloración pasada. Todo lo que es positivo para la economía lo es también para los bancos y viceversa, mostrando la importancia del sector para el desarrollo y la prosperidad.

El debate de los economistas ahora ya no se centra en cuando será el inicio de la recuperación, sino en su solidez. El Banco de España prevé que hasta 2023 no se recupere el nivel de PIB existente previo a la crisis sanitaria, demasiado tiempo considerando el daño de la pandemia en la economía y la sociedad. Los fondos europeos pueden añadir un impulso final en la demanda, aunque sería más adecuado verlos como un revulsivo de las reformas estructurales y medidas de oferta que lleven a un aumento de la productividad y, por tanto, del crecimiento potencial.

Los fondos europeos ofrecen margen a España para responder a la crisis y modernizar el tejido productivo. Los bancos, como siempre, ofrecen su colaboración a las autoridades, pueden contribuir a impulsar la recuperación con su capilaridad y cercanía al cliente, anticipando fondos y cofinanciando e impulsando proyectos en ámbitos en los que tienen conocimiento y experiencia.

José Luis Martínez Campuzano ,portavoz de la Asociación Española de Banca

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