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INVERSIÓN Y FINANZAS

Evaluación continua

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La capacidad de adaptación a los cambios y a los momentos más difíciles es una de las señas de identidad de los bancos. Su interrelación con el crecimiento económico y el desarrollo, más allá de su papel de financiar los proyectos de sus clientes, y su carácter innovador son otras señas de identidad al servicio de su objetivo: actuar de catalizador para impulsar al resto de los agentes hacia una mayor prosperidad económica y social.

Los cambios que han llevado a cabo los bancos españoles en los últimos quince años son el mejor ejemplo de su capacidad de transformación, que se resume en tres palabras: saneamiento, recapitalización y reestructuración; y en dos hitos a escala europea: la mayor consolidación de un sector bancario nacional y el liderazgo de la transformación digital en la prestación de servicios financieros. En este periodo, los bancos han encontrado la manera de fortalecer sus balances en un complejo escenario de tipos de interés nulos e incertidumbre económica marcado por la creciente competencia de empresas tecnológicas con una carga normativa y supervisora mucho más ligera.

La transformación del sector bancario, sin embargo, no se ha limitado a la mejora de su estructura y engranaje, sino que ha afectado a su forma de caminar, para adaptarse a una regulación y supervisión sin fin, y ha llegado al corazón, a la mejora de su gobernanza y a la redefinición de su misión; contribuir al desarrollo económico y social a través de una a nueva economía más sostenible y respetuosa con el medio ambiente que beneficie a todas las capas de la sociedad.

Gracias a estos cambios, la banca se encontraba en una buena posición de partida en el estallido de la crisis sanitaria y ha podido desempeñar un papel clave para mitigar su impacto económico sobre las familias y empresas. Desde el primer momento, los bancos fueron capaces de actuar rápido y de forma decidida, y han demostrado su total disposición a colaborar con las autoridades en la adopción de medidas.

Los bancos son expertos en la gestión del riesgo, especialmente complicada en estos momentos de elevada incertidumbre sobre el final de la pandemia y sin precedentes históricos, un inusual escenario en el que han redoblado esfuerzos para anticiparse al eventual aumento de la morosidad con un volumen de saneamientos y provisiones muy por encima de las realizadas en Europa. Aunque es pronto para anticipar cómo evolucionará la mora, ya se han puesto en marcha muchas iniciativas para limitar su eventual subida.

Las decisiones que tomemos hoy nos permitirán ir despejando la incertidumbre sobre el mañana. Los bancos están comprometidos a hacer todo lo posible para facilitar la recuperación económica una vez superada la excepcional situación actual. Su objetivo -ayer, hoy y mañana- es evolucionar en pro de los intereses de los ciudadanos y de la economía española, un esfuerzo que requiere el apoyo del resto de los agentes, de las empresas y las autoridades con reformas e inversiones que afiancen una recuperación económica tras la pandemia sólida y prolongada.

Como si se tratara de un proceso de evaluación continua, los bancos llevan a cabo ajustes para reforzarse en un contexto incierto, dentro de la estrategia global de reconstrucción económica en que estamos inmersos. El sector está decidido a seguir siendo parte de la solución de la crisis económica, poniendo sus recursos de forma objetiva y prudente a disposición de la economía productiva, con todos los cambios de adaptación que ello implica. Porque en estos momentos, cambiar es esencial para que todo pueda seguir igual. Para que los bancos puedan seguir apoyando a sus clientes y contribuyendo así al progreso económico y social.

José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de Banca

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