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INVERSIÓN Y FINANZAS

Las incertidumbres y los bancos

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Los bancos centrales son conscientes de los riesgos que asumen al mantener unas condiciones financieras excepcionalmente laxas durante demasiado tiempo

La incertidumbre mundial ha aumentado y todos somos conscientes de sus detonantes. A los conflictos comerciales y la geopolítica se unen los retos derivados del cambio climático que ya comenzamos a sufrir. En el ámbito financiero, los mercados mayoristas se convierten en un factor de vulnerabilidad ante la permanencia de unas condiciones financieras excepcionalmente laxas durante más tiempo del previsto. Este escenario puede llevar a las empresas a dilatar sus proyectos de inversión y a los consumidores a aplazar su gasto y aumentar el ahorro.

Para los gestores de política económica es fundamental conocer tanto el origen de la incertidumbre como la dinámica en su desarrollo. Acertar en el diagnóstico es fundamental para concretar un tratamiento que se enfrente con éxito al origen del problema y limite sus potenciales consecuencias negativas. Se entienden de esta forma los llamamientos de los organismos internacionales para reforzar las alianzas y el multilateralismo que demandan una combinación de políticas adecuadas donde las medidas de oferta y la política fiscal resten protagonismo a la política monetaria actual.

Los bancos centrales son conscientes de los riesgos que asumen al mantener en el tiempo unas condiciones financieras excepcionalmente laxas con la expectativa de ampliarlas en un futuro si fuera necesario. Las amenazas para la economía y las razones de una inflación por debajo del nivel deseable a medio plazo no se corresponden con problemas en la oferta de financiación o unas condiciones financieras inadecuadas. Una vez que se reconoce esta realidad, todo apunta a que el objetivo de los bancos centrales en el diseño de esta política monetaria sin precedentes es atenuar la potencial inestabilidad financiera derivada de las incertidumbres mencionadas, mientras se toman otras medidas para atenuar sus consecuencias negativas o, simplemente, se confía en que no lo serán tanto.

En el último informe mensual del Banco Central Europeo (BCE) se incluye una breve nota titulada “Fuentes de incertidumbre sobre las políticas económicas en la zona euro: un enfoque basado en el aprendizaje automático”. En ella se presenta un indicador de los niveles de incertidumbre sobre las políticas que resulta de aplicar técnicas de aprendizaje automático a artículos de los periódicos. El algoritmo encuentra las palabras más representativas de diferentes categorías presentadas en más de 171.107 artículos entre los años 2000 y 2019. En el caso de la política monetaria, y en España, las palabras más repetidas fueron: tipos, BCE, monetaria, inflación, Draghi, euro, interés, banco y economía. No son muy diferentes a las encontradas en el resto de los países analizados. La política monetaria fue factor de incertidumbre entre 2016 y 2017, pasando a segundo plano a partir de ese momento al iniciarse el cambio de sesgo de los bancos centrales hacia la normalización monetaria. El indicador fija ahora los factores de incertidumbre en el comercio, la regulación interna y la política fiscal. Aún es pronto para valorar el impacto que puede tener el nuevo cambio de sesgo de los bancos centrales, incluido nuestro BCE, antes del verano anticipando nuevas medidas expansivas.

Vuelven a aparecer de nuevo análisis sobre los riesgos para la estabilidad financiera, y especialmente para la estabilidad bancaria, derivados de la política monetaria. No se trata de valorar potenciales debilidades de las entidades de crédito o de la existencia de excesos en sus balances. Los bancos son ahora más resistentes y eficientes, dentro del proceso de adaptación a la transformación digital que demandan sus clientes.  Pero una estrategia en política monetaria como la actual conlleva incertidumbres para los bancos que no son fáciles de gestionar por las entidades. De la misma forma que familias y empresas precisan de certidumbre para fijar sus gastos e inversión, los bancos también necesitan mayor certeza desde factores exógenos para fijar su estrategia. El éxito en la estrategia de los bancos nos beneficia a todos.

José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de Banca

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