Buscar

Presidencia

FORO NUEVA ECONOMÍA

El papel de la banca en la sociedad

IMG_9054

.

Hace poco más de cuatro años, José Luis Rodríguez me ofreció la oportunidad de utilizar esta tribuna para presentar mis intenciones como Presidente de la AEB, puesto para el que había sido elegido unos meses antes. Dos asuntos centraron entonces mi intervención, la imagen del sector y el problema de la rentabilidad. A día de hoy, y ya en mi segundo mandato, no tengo más remedio que acudir a los mismos asuntos, aún a riesgo de resultar reiterativo, porque siguen constituyendo los dos grandes ejes en torno a los que giran los desvelos del sector.

Por decirlo con otras palabras, lo que a la industria bancaria le preocupa fundamentalmente es, por un lado, cómo cumplir con su función de financiador y activador de la economía de una forma eficiente y sostenible en el tiempo -y para ello necesita obtener un nivel adecuado de beneficios, esto es, ser rentable- y, por otro, cómo transmitir a los ciudadanos -clientes, autoridades, responsables públicos y empresas- que éste es un sector esencial para la economía, que trabaja incesantemente para hacerlo cada día mejor y merece, por tanto, si no apoyo, sí respeto y consideración. En dos palabras, nos preocupa la imagen y la rentabilidad, tras las que subyacen muchos y complejos desafíos: cambios en la regulación y la supervisión, la evolución futura de los tipos de interés, la creciente litigiosidad, la revolución digital y sus amenazas, la aparición de nuevos competidores con ventajas regulatorias provenientes del shadow banking y del mundo de las bigtechs, entre otros muchos.

Como verán, la lista de desafíos no es corta, como no lo es para casi ningún otro sector. y se inscribe en el marco de un mundo sumamente convulso. Cuando uno piensa en geopolítica, en la Unión Europea, en política nacional, en la cuarta revolución industrial, resulta evidente que la convulsión social, política, financiera, tecnológica y laboral es un fenómeno global que ha llegado para quedarse. Y no es ya la crisis o las consecuencias de la crisis, todavía no superadas, las que explican ese estado de convulsión permanente, sino que éste es el nuevo estado del mundo, un new normal muy complejo y exigente, que no nos ha dado tregua desde la última crisis que dejamos atrás en 2012. Un estado de cosas que nos obliga a todos a reaccionar, a repensar todo lo hecho, incluso lo que se ha hecho bien, a buscar alternativas, casi de manera permanente, a revisar constantemente las estrategias y a reaccionar con rapidez ante los acontecimientos.

Pero antes de abordar estos aspectos concretos, me gustaría hablar del papel que desempeña nuestro sector en el funcionamiento de la economía, en general, y en nuestras vidas en particular. Es lamentable tener que insistir, a estas alturas, en algo bien conocido por todos como es el hecho de que los operadores financieros, y en particular los bancos, están detrás de todas las decisiones económicas importantes de nuestras vidas: la compra de la vivienda, la adquisición de bienes de consumo duradero, la gestión del ahorro para la jubilación, el crédito necesario para crear una empresa, ampliar su mercado o simplemente para hacerla funcionar. Por no hablar del uso de un sistema de pagos tan eficiente e integrado en nuestras vidas, que no notamos su existencia, que está ahí, de forma silenciosa, en constante proceso de mejora, y que exige a los bancos ingentes inversiones. Imaginen, por un momento, que fuera necesario volver a cobrar el salario en efectivo, para luego tener que abonar también en efectivo las facturas de los servicios básicos, como el alquiler, la electricidad, el gas, la calefacción. Supondría, una forma costosa, insegura y muy penosa de llevar a cabo nuestros ingresos y pagos. Pero no describo un futuro distópico: simplemente volveríamos al mundo de nuestra infancia, al que vivieron nuestros padres y abuelos, de cobradores, de nóminas en efectivo, donde el acceso al sistema financiero estaba vedado a amplísimas capas de la población. (Leer más)

José María Roldán, presidente de la Asociación Española de Banca

Descargar la intervención completa